El minimalismo puede considerarse una corriente artística contemporánea que utiliza la geometría elemental de las formas. Estas formas establecen una relación estrecha con el espacio que las rodea, mientras el artista se centra únicamente en el objeto, eliminando cualquier connotación adicional.
Según la Real Academia Española:
Es una corriente artística contemporánea que juega con elementos limitados.
Es una tendencia estética e intelectual que busca la expresión de lo esencial, eliminando lo superfluo.
En términos generales, el término minimalista se aplica a todo aquello que ha sido reducido a lo esencial, despojado de elementos innecesarios. Esta corriente estética surge como reacción al Pop Art y se opone también a la pintura y escultura expresionista abstracta que predominó durante las décadas de 1940 y 1950.
La génesis del arte minimalista se encuentra probablemente en el neoplasticismo holandés y en el constructivismo ruso. La exposición Primary Structures (Estructuras Primarias, 1966) es considerada la muestra más importante del arte minimalista de los años 60, constituyendo un examen profundo de la escultura de la época.
Durante la década de 1970, el minimalismo alcanzó su madurez como forma de reacción frente a los estilos recargados de la época y la saturación comunicacional en el ámbito estético. Con el tiempo, el análisis del arte minimalista se amplió, abarcando diversas disciplinas como la pintura, la escultura e incluso la danza, mostrando su versatilidad y su capacidad de exploración formal y conceptual.
En conclusión, el minimalismo destaca por su depuración formal y su énfasis en lo esencial, priorizando la geometría elemental y la relación directa entre el objeto y el espacio. Frente a esto, el minimalismo orgánico incorpora la naturaleza y los materiales derivados del entorno, generando una fusión entre racionalidad y sensibilidad ecológica que amplía la experiencia estética. Mientras el minimalismo tradicional se centra en la abstracción y la pureza formal, el minimalismo orgánico busca armonizar la obra con el entorno natural, conectando al espectador no solo con la forma, sino también con la vitalidad y textura de los materiales, mostrando que la simplicidad puede coexistir con la sostenibilidad y la experiencia sensorial del mundo natural.
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