La
evolución del minimalismo alcanzó notoriedad por interés, de forma que los
artistas minimalistas Carl Andre, Dan Flavin, Donald Judd, Robert Smithson, Sol
LeWitt, Robert Morris y etc. utilizaron las formas y la serialidad del arte
minimalista para defender objetivos dispares. A finales de los años sesenta,
los debates en torno al minimalismo empezaron a abordar “la creación en serie”
para crear originalmente y proyectar nuevas obras.
No
obstante, los artistas minimalistas sólo elaboran elementos industriales, como
acero, aluminio y plexiglás, con la especificidad material, negando cualquier
posibilidad de ilusionismo. Por lo tanto, las obras del arte minimalista
acabadas dificultan la comprensión y lectura visual, puesto que no tienen por
qué contener muchos elementos para mirar, comparar, analizar uno a uno y
contemplar. Sólo les interesan elementos repetidos y fabricados, juntos en una una
composición conjunta para convertir en un solo objeto espacial.
"Los
materiales se muestran como materiales, y el color, cuando se utiliza, no
encierra referencias implícitas. El minimalismo es un arte de instalación
que presenta la galería como un espacio real, obligando al espectador a tomar
conciencia de sus movimientos por dicho espacio", según James Meyer.
Robert
Morris decía: “Cuanto más exteriorice la
obra nueva las relaciones y las utilice como una función espacial y lumínica
para condicionar el campo de visión del espectador […] más consciente será [el
espectador] de que él mismo está estableciendo relaciones mientras percibe el
objeto desde varias posiciones y bajo varias condiciones de luz y de contexto espacial.”
Como
resultado, los materiales minimalistas se caracterizan por la producción y
estandarización industrial, el uso de materiales neutros como el concreto
desnudo, el purismo estructural y funcional, el orden, la geometría elemental
rectilínea y la precisión en los acabados.
Es
necesario poner especial atención en el uso de los materiales, con soluciones
prácticas, ofreciendo lugares agradables para vivir con ligereza, flexibilidad,
sencillez y espiritualidad, como el minimalismo orgánico. Eso se logra con los materiales ecológicos y
sostenibles, como la madera, yeso, piedra y materiales cerámicos.
Kendo
Kuma decía: “si aligeramos la piedra,
nuestra relación con ella será más pacífica […] Nuestras casas de madera
aligeran cualquier madera. Se trata de acercarse a los materiales de establecer
con ellos una relación epidérmica”.
Como
resultado de lo comentado sobre materiales, Juhani Pallasmaa decía: “Los materiales naturales (madera, ladrillo y
piedra) permiten que nuestra vida penetre en sus superficies y nos capacitan
para que nos convenzamos de la veracidad de la materia […] Pero los materiales
actuales producidos a máquina tienden a ofrecer al ojo sus superficies
implacables sin expresar su esencia material ni su edad”.
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